lunes, 25 de enero de 2010

Relatos de un Vaquero Urbano (El Metro y la Guagua)

República Dominicana, se ha insertado literalmente, dentro del marco de los paises en "Vías de Desarrollo", con el funcionamiento a partir del año 2009 de la primera linea del Metro en su capital, Santo Domingo.

Ahora, con el comienzo de operaciones para la construcción de la "Linea 2", la oferta de estaciones o "paradas", tal vez en un futuro, se equiparen al famoso "Tubo"; sistema subterraneo de Londres, o al popular "Metro de Nueva York", tan conocido por los dominicanos residentes de esa gran urbe.

Como "Vaquero Urbano" o "Explorador Terricola", nos adentramos por curiosidad a este invento "victoriano" en pleno Caribe del Siglo XXI.

Al descender a las profundidades de la "Estación Pedro Livio Cedeño", observamos que las opciones de rutas son escasas, pero, tampoco Roma fué construida en un día. A continuación, fuimos mágicamente transportados a un espacio amplio, limpio, una atmósfera distinta a las vividas en otro medios de transporte "masificados", en pocas palabras abandonamos República Dominicana.

RD$20.00, el precio por recorrido y estamos en la "plataforma", e inmediatamente notamos que los demás usarios mantienen silencio. Por un momento creó que es que no tienen idea de lo que va a ocurrir o como está "cosa" se usa, la verdad, es que la falta del vendedor de frutas, la doña de la fritura y el tipo con las galletas, hace que la gente se concentre en ir del Punto A al Punto B.

"-Ahí viene el progreso", pronuncio en voz baja al ver el tren que se acerca, en respuesta al "E' pa'lante que vamos", que con tanto empeño el gobierno nos ha inculcado hasta en la sopa.
Presionamos un botón verde, las puertas se abren y abordamos en orden; observamos la disponibilidad de espacio para hacer el recorrido. Sentado o de pie hay un lugar para todos.

Nunca me monte en el Concord fránces, pero, recorrer desde el Cementerio de la Máximo Gómez hasta la Feria en 12 minutos fué algo muy parecido a la Ciencia Ficción. Quién sabe, tal vez sea un buen invento después de todo.

A la hora de salir, concluimos que tenemos que presionar el mismo botón verde en la puerta; caminamos en orden, en fila, como vacas. Me detengo un instante y disfruto de la vista de la estación central, y es en ese momento de sosiego cuando percibo la abrumadora sensación de que debo salir a la calle y enfrentar la realidad.

"-Gauy mi mai, que bulla"...de nuevo a la calle, bocinas y un sol abrasador. Todavía falta un buen trecho para llegar a casa. Como toda moneda tiene dos lados, debo tomar un "voladora" para seguir mi camino. Hora de volverme suicida.

Un recorrido en la Guagua, tiene los mismo ingredientes que un paseo salvaje en un Parque de Diversiones: Gritos, maniobras arriesgadas entre vehículos y peatones, un "set" de bachata en "alta fidelidad", los nervios de punta y "suda'o como un loco".

"-Dejame, wuey, parada!!!", entre empujones y recordando lo apretadas que van las sardinas "Pica Pica", me escurro entre los demás usuarios buscando la única salida. Aquí no está el botón verde, solo el "pitcher", ese gran maestro del "menudo" y secuaz del chofer...juntos son dinamita.

Fuí afortunado al colocar ambos pies en la tierra antes de que la Guagua arrancara, en otras ocasiones, Hollywood me llamaría "doble de acción".

Los "Dueños del país" como la Prensa llaman a los sindicalistas que manejan este peculiar medio de transporte; "Pobres padres de familia" como ellos se hacen llamar, deben de pensar que si no ofrecen un servicio de transporte organizado, seguro y donde "El Vaquero Urbano" no se preocupe por si lo carteriaron, corren el riesgo de perder usuarios.
Tal vez en un futuro lejano, cuando el Metro prospere por aquellas cosas por las que la Guagua adolece, sus nietos, oh!!! querido lector, pregunten...."¿-Y qué era la Guagua?".

LeGourde